Emocionarte, ¿Por qué no?
Quién querría ser una máquina...
Nuestra propuesta incide desde una perspectiva interdisciplinar en los vínculos entre emoción, racionalidad y arte.
La cultura se desplaza pendularmente desde la reivindicación de la racionalidad y la condena de los deseos y las pasiones a la exaltación de las emociones y la negación de todo intento racional por ordenar el mundo. La ciencia, por su parte, se ha autoimpuesto la eliminación de las pasiones como garantía de objetividad y verdad. Sin embargo, razón y emoción no son enemigas sino partes de un mismo todo, la vida.
Las emociones necesitan ser interpretadas y gestionadas racionalmente; la razón necesita motivos emocionales para tomar decisiones. Finalmente, las palabras y los argumentos no son suficientes para expresar la dimensión emocional de la vida, cuya singularidad, tantas veces inefable, solo puede expresarse a través del sugerente lenguaje simbólico del arte.
La imagen de esta niña ha sido creada por inteligencia artificial.
¿deberíamos preocuparnos?
Si la naturaleza de un ser humano, como reza el nombre científico de nuestra especie, se redujera a la racionalidad y la inteligencia (homo sapiens sapiens), estaríamos iniciando un camino muy incierto.
Observen esta niña.
Podría ser una de nuestras amigas, compañeras o alumnas. También, por qué no, nuestra hija. Parece adorable y alegre. Cualquiera la querría a su lado.
Pero... no es real. Es solo una ficción elaborada con Inteligencia Artificial. Y esto es solo el principio de lo que ha de venir, de momento, un juguete.
Afortunadamente, la naturaleza humana, con sus luces y sus sombras, es mucho más que un algoritmo.
Vivimos hoy en el tiempo de los algoritmos y la IA, la robótica, el 5G y los smartphons. Estos productos, nacidos de la mejor ciencia y la más avanzada tecnología, sin embargo, colonizan nuestras vidas y desplazan el valor de la creatividad, de las artes y las humanidades, al tiempo que convierten en producto de consumo la intimidad emocional de las personas.
Nuestra propuesta reivindica la centralidad de las emociones en una vida genuinamente humana, pero una centralidad que no exige la renuncia a la racionalidad, la lógica o la objetividad sino que se apoya en ellas para expresarse, para comprenderse a sí misma y como nexo de unión entre las personas. El título de nuestro proyecto representa el anhelo de una vida emocional plena, consciente, expresiva y satisfactoria, que no teme a las pasiones y que tampoco renuncia a su gestión reflexiva.
En este proyecto interdisciplinar han participado alumnos de 1º, 2º y 4º de Secundaria y alumnos de 1º de Bachillerato del IES Pablo Picasso de Pinto y ha sido coordinado por los departamentos de Filosofía -Miguel Ángel Castro- y Dibujo -Olga Sánchez-.